Turquía busca reconfigurar su geopolítica: La adhesión al BRICS como eje estratégico.
La decisión de Turquía de solicitar formalmente su ingreso al bloque BRICS marca un hito en su política exterior. Este movimiento, más allá de ser una simple adhesión a un foro económico, representa una apuesta estratégica por diversificar sus alianzas y reducir su dependencia de Occidente.
La frustración ante el estancamiento de las negociaciones de adhesión a la UE, sumada a la búsqueda de mayor influencia en el escenario global, han impulsado a Turquía a explorar nuevas opciones. El BRICS, como un bloque que desafía el orden mundial establecido, se presenta como una plataforma atractiva para proyectar su poder.
La adhesión al BRICS podría tener profundas implicaciones geopolíticas.
Por un lado, podría tensionar sus relaciones con la OTAN y la UE, al tiempo que fortalecería sus vínculos con potencias emergentes como Rusia y China.
Por otro lado, podría reconfigurar el equilibrio de poder en la región y convertir a Turquía en un actor clave en la nueva geopolítica mundial.
Turquía enfrentará diversos desafíos en este nuevo camino. Deberá conciliar sus intereses con los de los demás miembros del BRICS, encontrar un equilibrio entre sus relaciones con Oriente y Occidente, y gestionar las posibles reacciones de sus socios tradicionales.