El líder de Hamás, Ismail Haniyeh, fue asesinado en un ataque que ha generado una fuerte reacción internacional. El suceso ocurrió en Teherán, donde Haniyeh, de 61 años, había asistido a la ceremonia de investidura del nuevo presidente iraní, Masud Pezeshkian. Este ataque ha sido interpretado como una “escalada grave” por parte de Hamás, que ha prometido venganza.
El Gobierno iraní ha declarado tres días de luto nacional, mientras que las autoridades israelíes no han elevado el nivel de alerta militar, aunque han cerrado el espacio aéreo en el norte del país como medida preventiva. Este cierre refleja la tensión regional tras el incidente.
Haniyeh, conocido por su liderazgo en Hamás, un grupo considerado terrorista por varios países, estaba en Teherán para fortalecer lazos con el régimen iraní, que es un firme opositor de Israel. Durante la ceremonia, se escucharon consignas como "Muerte a Israel" y "Muerte a Estados Unidos", una manifestación del continuo conflicto y hostilidad en la región.
En un comunicado oficial, Hamás confirmó la muerte de Haniyeh y de uno de sus guardaespaldas, acusando a Israel del ataque: "El hermano líder, mártir combatiente Ismail Haniyeh, líder del movimiento, fue asesinado en una redada traicionera sionista en su residencia en Teherán, después de participar en la ceremonia de investidura del nuevo presidente iraní". La muerte de Haniyeh podría intensificar las tensiones en la región y tener repercusiones en el conflicto entre Israel y Palestina.
