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En la era digital, los documentos electrónicos se han convertido en piezas clave para las transacciones comerciales, los procesos administrativos, las gestiones legales y múltiples aspectos de la vida cotidiana. Sin embargo, todo este crecimiento ha venido ligado a un problema considerable que es la falsificación de documentos digitales.
¿Qué es la falsificación documental digital?
La falsificación documental digital consiste en la manipulación, alteración o creación fraudulenta de documentos electrónicos con el fin de engañar a terceras personas o cometer diversos delitos. Los más comunes que podemos destacar pueden ser el modificar archivos PDF, falsificar firmas digitales, alterar metadatos, e incluso generar documentos completamente nuevos que imitan originales auténticos.
Algunos ejemplos de las prácticas delictivas más comunes que se utilizan son:
- Contratos alterados digitalmente.
- Certificados académicos falsos.
- Facturas electrónicas modificadas.
- Identificaciones escaneadas con información editada.
- Nóminas o elementos económicos manipulados.
- Informes médicos falsificados digitalmente.
¿Por qué es un problema creciente?
Hoy en día, falsificar documentos digitales es más fácil que nunca. El acceso a herramientas de edición avanzadas y tecnologías como la inteligencia artificial generativa, capaz de crear textos, imágenes e incluso deepfakes muy convincentes, ha elevado el nivel de sofisticación de estas prácticas. En este sentido, lo que antes requería conocimientos técnicos complejos, ahora puede lograrse con unos pocos clics, lo que representa un riesgo creciente para personas y organizaciones.
Asimismo, podemos sumarle que muchos procesos digitales aún dependen de una verificación manual limitada o inexistente. Podemos observar muchas empresas y entidades, que no tienen sistemas sólidos para comprobar la autenticidad de los documentos que reciben o emiten. Esta falta de controles adecuados es la entrada a todo tipo de fraudes que pueden tener, tanto consecuencias legales, como financieras y reputacionales.
Métodos de detección
La detección de falsificación documental digital exige una combinación efectiva de tecnología y procedimientos especializados. A continuación, se describen los métodos más utilizados:
Los documentos digitales contienen metadatos, es decir, información incrustada que no siempre es visible para el usuario común, como la fecha de creación, el nombre del autor, el software utilizado o la última fecha de modificación. Por lo que la verificación de metadatos, es decir, analizar estos datos nos permite detectar alertas que pueden indicar una posible manipulación del archivo.
Por otro lado, tenemos el hashing y firmas digitales como otra fuente de falsificación. Cabe reseñar que cada archivo digital puede asociarse a un hash, una cadena alfanumérica única que funciona como su huella digital. Asimismo, si el contenido del documento cambia, incluso ligeramente, su hash también lo hace, permitiendo identificar estas alteraciones. Las firmas digitales, por su parte, nos aseguran que el documento ha sido emitido por una fuente confiable y que no ha sido modificado desde su firma.
Otra herramienta de vital importancia es la Inteligencia artificial, ya que su uso en la verificación documental ha ganado relevancia en los últimos años. Ésta funciona mediante, algoritmos de aprendizaje automático que pueden identificar patrones anómalos. Además, pueden detectar inconsistencias visuales y comparar el documento con las bases de datos de versiones legítimas, generando alertas ante posibles irregularidades.
En relación al análisis forense digital, los especialistas en informática forense utilizan técnicas y herramientas avanzadas para examinar aspectos técnicos del archivo, como la estructura interna, capas, fuentes utilizadas, resolución de imágenes y demás detalles que pueden revelar intervenciones fraudulentas o ediciones sospechosas. Todas estas técnicas innovadoras son impartidas en nuestro curso de experto en análisis informático forense.
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La falsificación documental digital representa un reto a superar en una sociedad donde lo electrónico domina la mayoría de los procesos. A medida que la tecnología avanza, también lo hacen las técnicas empleadas para alterar o crear documentos fraudulentos, lo que nos obliga, tanto a empresas como a instituciones a afrontar con firmeza este tipo de delitos.
